La semilla de cilantro requiere de mayor tiempo que otras en su proceso de germinado, la idea es poner a remojar una cucharada de semillas durante 12 horas, pero antes un secreto: pones las semillas en una servilleta de tela y las tapas con mucho cuidado; pasas un rodillo encima de las semillas buscando abrirlas sin llegar a triturarlas.
Si no tienes un rodillo de estos, igual te sirve una botella de vidrio.
Ahora sí las sumerges en agua.
Pasas las semillas remojadas a las bandejas, (con rotos para que drene) y con una capa de mas o menos 3 cm de cascarilla de coco o tierra de jardinería, el sustrato debe estar húmedo.
Esparces las semillas buscando que queden planas y que no queden apretadas. La idea es que cada una tenga su espacio. Cubres la bandeja con otra que esté directamente sobre las semillas para que les sirva de obstáculo al crecimiento. Mantienes cubierta la bandeja, siempre cuidando que esté húmeda la tierra.
Solo si el sustrato está seco, deberás destapar la bandeja, humedecer y volver a tapar. Cuando empiecen a germinar las semillas, éstas empujan la bandeja. Destapas la bandeja y la pones al lado de una ventana pero que sea con luz solar indirecta.
30 a 45 días después veras los cotiledones: se reconocen porque son como dos pequeñas hojas mas gruesas de lo normal, pero no son hojas en realidad.
La dejarás entonces en luz directa cuidando siempre la humedad. Cuando la plántula tenga entre 2 a 3 cms de longitud, podrás disfrutar de unos deliciosos y nutritivos brotes de cilantro.